Daria

Daria

23/5/14

Daria es madre

Aunque quizás debí escribir esto el segundo domingo de mayo, bueno no lo tenía planeado hasta que ese mismo día me inspiré y decidí contárselo a todos (hoy me libero #Ñaaaau)

Cuando yo nací, mi Jesse comenzaba los veintes y aún estaba en la universidad, muchas veces solía llegar tarde y mi abuelita (como toda madre) le guardaba su almuerzo, alguna fruta, etc. y es al que vi que más chocheara por ser el último hijo.

Cuenta la leyenda que por mero instinto de imitación infantil, yo empecé a decirle "Hijo" también, desde que tengo uso de razón. Y respecto a esto hay algunas anécdotas curiosas que me cuentan y otras que recuerdo y hasta ahora pasan.

Dice mi mamá que alguna vez llegando de trabajar quiso comer una fruta que había quedado en la cocina y que yo (tendría 3 o 4 años) la detuve y le dije "No comas eso, lo estoy guardando para mi Hijo".

Precisamente también a esta edad a veces cuando mi mamá me llevaba al Nido, nos
acompañaba también Jesse, y luego de dejarme ahí, se iban a su trabajo y universidad, respectivamente. Dice mi mamá (yo no recuerdo) que un niñito de mier mi salón me pegaba y por eso hubieron días que me rehusaba a ir a clases, y que uno de esos días tomé la mano de Jesse y no lo solté diciéndole que no me deje, él entró hasta el salón de clases conmigo y se sentó a mi lado -cabe resaltar que en mi salón había una ventana gigante que daba a toooodo el óvalo- hasta que yo me tranquilicé y él salió de ahí para ir a su universidad.

Un día él iba de compras con mi mamá, creo que por el día de la madre, no lo sé realmente, yo tendría 8 o 9 años. Iban a comprarle algo a mi abuelita y mi mamá le dice -¿Esto estará bien para tu madre?- (mostrándole una blusa) y él respondió -¿Le quedará? ¿no es muy grande para ella?- y mi mamá no entendía porque le parecería que la talla estaría mal, hasta que cayó en cuenta que cuando ella dijo "MADRE", él creyó que se refería a mí jajaja

Desde que vine a vivir al norte obviamente nos fuimos conociendo y entendiendo más. Almorzábamos juntos de lunes a viernes y a veces le daba de comer en la boca, y él se pone como niño, y yo como una mamá que lo regaña. A veces cuando me cela parece un hijito celoso que quiere chismosear mis cosas (mi celular sobretodo) y otras veces me cela como un papá, me mira y me dice -Andas sospechosa tú, déjate de vainas ah- a lo que yo solo me río y le digo que está loco.


Desde el 2011 recibo regalos por el día de la madre, la primera vez me dio risa y fue lindo :3 y le suelo sacar cachita a mi abuelita, le digo que yo soy la legal/la actual y parecemos dos niñitas "discutiendo" por lo que es suyo.

Este fue mi regalo este año :) <3



Y hablando con un amigo al que le contaba del regalo me hizo esta pregunta (que realmente me pareció un abuso ya jaja), si mi Jesse me da regalos por esta fecha (que no debería) sea lo que sea para mí ya es lo máximo :3



5/5/14

Lo jodido de ser conscientes


"...pero mi hija es terca y no suelta el helado y llora porque se derrite y sin embargo se aferra porfiadamente a la circunstancia que la hace llorar, una paleta roja que cae en gotas sobre su mano y su ropa y sus zapatos, turbando su precaria felicidad y enemistándola de nuevo con el mundo."

Jaime Bayly.

¿Por qué nos aferramos a lo que consciente y obviamente nos hace llorar?


Cuando comencé con él, todo parecía ir viento en popa, y así como nosotros, el resto de personas que nos conocían y nos veían juntos desde primer ciclo, lo creían.

Pasado un mes, aproximadamente, empecé a darme cuenta de cosas de él que como amigo no pude notar nunca, o él no me lo hizo notar. Ciertos comportamientos, ideas y conflictos internos que no le conocía; y que recién pude saberlo, incluso de su misma boca, cuando ya éramos enamorados.

Tuve que asimilarlo, tratar de juntar las piezas, ver en panorámico a la persona con la que estaba empezando una relación, una relación que había estado esperando, de hecho. Me fue difícil asimilar esas cosas que desconocía de él y que a decir verdad, algunos de esos detalles chocaban varias veces con mi forma de ser.


Y la que hizo eso, ahora está escribiendo esto

Cada día que iba notando esas actitudes, nuevas para mí, llegaba a mi cuarto luego de clases y tratando de asimilarlas, me decía a mí misma: "¡Qué tal chamba! pero a la mierda, es ÉL, vale la pena.". Y al menos en los conflictos que tenía con él mismo, lo traté de ayudar a más no poder. A veces creía que no lo hacía bien, que fallaba como enamorada en ese sentido, no lo sé, ya sabrá él. 



Esto me hizo pensar en que creo que me paso de consciente, y no sé si es lo mejor o lo peor, porque si bien puedo darme una idea de las consecuencias (en que puedo terminar yo herida, como de hecho pasó), pues tampoco alejo a lo que se supone que me podría hacer daño.

No me gustaría ser una de esas "ciegas de amor", de hecho no puedo. Me doy cuenta y me es inevitable ver también las probables consecuencias. Si no lo hiciese (o si no lo hubiese hecho, en este caso en particular), creo que saldría más herida y me sentiría aún más desilusionada.

Ahora creo que esos riesgos solo los debo correr conmigo misma, personas muy complicadas solo te complicarán más la vida. Sé que siempre habrá que lidiarse con ciertas actitudes de tu pareja, pero hay problemas y SEÑORES PROBLEMAS.