Hoy no amaneció muy bien. Anoche tomamos, todo el grupo, y a él le chocó. Era la primera vez que lo veía así, él siempre había sido el fuerte. Estuve con él todo el tiempo hasta que pudo reestablecerse y lo lleve, con ayuda de un amigo, a su cuarto. Esperé a que se tranquilice y lo dejé en su cama.
A la mañana siguiente, él se sentó al lado de mi cama, tocó mi brazo y me desperté. Era un nuevo día y él era el primero a quien veía y su voz era la primera que oía decirme "Buenos días". Me dijo que se sentía mal, pero no era resaca, era un malestar del que suele quejarse hace ya algún tiempo. Me levanté rápidamente y fui a prepararle el desayuno. Yo desayuné algo sencillo también, porque mucha hambre tampoco tenía después de haber tomado la noche anterior.
Él cogió mi mano mientras desayunábamos, yo estaba algo distraída, y dijo "Gracias por cuidarme", lo dijo como si le hubiese salvado la vida y noté su vergüenza por los percances de la noche anterior.
Para la tarde se había planeado una salida, pero yo de por sí no estaba muy animada y lo dejé todo en manos de él. Él decidió no ir por si se volviese a sentir mal, era un malestar que se iba y volvía. Decidimos no ir, y nos quedamos solos hasta la noche que volvieron los demás chicos.
En la tarde me puse a prepararle algo liviano para almorzar. Me veía cocinar y me ayudaba un poco, otros ratos me quedaba viendo y sonreía, yo lo veía y se acercaba a darme un beso. Comimos juntos mientras veíamos el mar y hablábamos de algo. Luego salimos a dar una vuelta por la orilla y la piscina y tomamos algunas fotos. Me sentía el centro de alguien y al mismo tiempo que él era mi punto principal en ese momento que no se encontraba bien.
En la noche, comimos pollo frito mientras veíamos Espartaco (1960), nunca había visto, y él me empezó a explicar y conversábamos sobre el machismo, la esclavitud, y otros temas que veíamos en la película. Después empezamos a escribir en las notas de su cel, él me decía a su matemática manera que me quería, y yo a mi fisiológica manera, también.
Pasamos todo el día juntos. Sentía paz, que no había tiempo muerto, que aún en "malos momentos" podemos pasarla bien, hablando de mucho y queriéndonos bastante, que el cariño tiene varios matices, no todo se construye con buenos momentos sino también con los malos que te enseñan quién está ahí para ti.
No me gustó verlo enfermo, pero sí me gustó cuidarlo.